Descripción
Hacía un par de años que Marcos no veía a su abuelo, pero pensar en él le despertaba un sentimiento tibio en la barriga y también un montón de dudas. El abuelo Felipe era cálido, divertido y osado. Tenía una cara cómica, le gustaba leer novelas policiacas y siempre inventaba aparatos extraños que no servían para nada. Cuando sus padres lo llevaron a pasar unas vacaciones en casa de su abuelo, muy lejos estaban tanto ellos como el propio Marcos de imaginar las increíbles aventuras que viviría en esos quince días trepidantes.